Estudiar traducción: ¿en qué lenguas me matriculo?

Todos los traductores hemos pasado por el momento decisivo de elegir una universidad y rellenar matrículas o solicitudes. En un momento dado, llega la gran pregunta: ¿qué idiomas cojo? Me tomo la libertad de dar unos cuantos consejos personales que espero que sirvan de algo a alguien.

Muchos de los que pasáis por aquí sois también estudiantes de traducción, así que vuestra opinión (ya sea para añadir algo o para discrepar) es más que bienvenida.

Como creo recordar que la nomenclatura no es igual en todas las universidades, conviene que tengas en cuenta de cuando hablo de lengua A me refiero a la primera lengua o lengua materna (español, en casi todas las universidades de países donde este es la lengua oficial), mientras que lengua B es la segunda lengua o la primera lengua extranjera, y lengua C es la segunda lengua extranjera. Una vez aclarado este punto, paso a hablar de la lengua B.

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Las tres preguntas clave a la hora de elegir tu lengua B:


1.¿Cuál es tu segunda lengua?

El primer factor y sin duda el más importante a la hora de elegir la segunda lengua (lengua B) es el nivel que tengas de cada idioma que no sea español. La lengua (aparte del español) que mejor hables debería ser tu segunda lengua en traducción e interpretación. Muchas universidades tienen una prueba de nivel que necesitarás aprobar para demostrar tus conocimientos de lengua B. Aun cuando no haya una prueba de acceso, es más que recomendable que elijas una lengua que domines muy bien. Hay estudiantes que han empezado la carrera con un nivel apenas suficiente y se encuentran arrastrando asignaturas desde el primer cuatrimestre. Además de causarte quebraderos de cabeza y estrés, esto te impide aprovechar muchas de las asignaturas al máximo.

Es un error pensar que hay “demasiados traductores” de una determinada lengua y que por ello tendrás mejores salidas profesionales si comienzas la carrera con otra que hable menos gente. Lenguas como el inglés o el francés no dejan de generar trabajo (esto lo podemos comprobar los estudiantes simplemente leyendo las ofertas de becas de trabajo que nos envían desde embajadas y otras instituciones internacionales) y, si acaso, no dominar inglés ni francés puede ser un obstáculo.

2. ¿Dónde se imparte esta lengua como lengua B?

Una vez elegida la lengua B que queremos estudiar, es el momento de informarse. Cada universidad tiene una oferta diferente de idiomas. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, no hay gran variedad en este sentido (al menos, no la había cuando yo tuve que elegir universidad). Es posible que la lengua que tú quieres estudiar no se imparta en tu localidad o que tengas que estudiar en otra provincia. En mi experiencia (que tampoco es mucha), la lengua B es la espina dorsal de traducción e interpretación, es la lengua en la que se basan buena parte de las asignaturas. Si no estás del todo satisfecho con esta lengua o tienes dificultades, la carrera se complica. Si, por el contrario, eliges la lengua correcta, traducción e interpretación puede llegar a ser una carrera apasionante. Yo recomiendo dar prioridad a la lengua B frente a la comodidad por cercanía. Al fin y al cabo, la triste verdad es que los licenciados salen preparados para traducir profesionalmente textos de lengua B (y no de la lengua C). Tus gustos deberían tener más peso que la comodidad a la hora de matricularte en una lengua B.

futuro traductor


Otro aspecto a tener en cuenta es la nota de corte. Las lenguas más solicitadas suelen tener una nota de corte bastante alta en traducción e interpretación, por lo que podría ocurrir que tuvieras mala suerte y no consiguieras entrar a traducción con la lengua B que habrías preferido. No es el fin del mundo. A veces basta con profundizar en el estudio de una lengua para empezar a apreciarla más. Mi recomendación es, en todo caso, que intentes matricularte en la lengua que querías estudiar en un principio aunque sea como lengua C. Si hablas una lengua bien, intenta que sea parte de tus asignaturas troncales para no perder los conocimientos que tienes y para poder tener un acercamiento a la traducción de esta lengua.

3. ¿Conoces la cultura de los países donde se habla?

Esta es una cuestión que a muchos estudiantes se les olvida tener en cuenta a la hora de elegir su lengua B. Traducir requiere mucho más que conocimientos gramaticales. Para poner en contacto dos culturas diferentes hay que conocer ambas culturas, y esto abarca campos tan diversos como la política, el sentido del humor o lo que se considera educado en cada lugar. La literatura también, según tengo entendido (aunque los planes de estudios que he visto eran todavía proyectos) va a estar más presente en los nuevos estudios de grado a partir del próximo curso. Es una buena idea que te intereses por la televisión, el cine, la literatura, la historia y la actualidad de los países en los que se habla la lengua B que quieras escoger. Un traductor tiene que sumergirse en las culturas de otros idiomas y esto es algo que se hace también durante la carrera. No elijas una lengua B de una cultura que no te interese o que te disguste.

Si quieres una conclusión breve de todo esto, mi consejo es que tengas en cuenta los conocimientos que ya tienes y tu interés por esas lenguas. Visto así, tampoco he contado nada nuevo ;-)

Soy consciente de que para muchos de vosotros la lengua B será una elección automática y la dificultad está en la lengua C.

Gracias a todos por adelantado.

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